El incensario es una vasija suspendida por cadenas, que se utiliza para quemar incienso en misas, bendiciones, procesiones y oficios de la Iglesia Pero, a nivel cofrade ¿Qué es un incensario?
Es el elemento más destacado por los cuerpos de acólitos en las procesiones y podemos verlo delante de los pasos en sus salidas procesionales. A estos acólitos se les conoce como turiferarios y suelen ser dos en cada paso.
¿Cuándo se empieza a utilizar el incensario?
El incensario jugaba un papel importante en el culto religioso antiguo, tanto de los judíos como de los paganos. No es de extrañar, entonces, que su uso en ceremonias cristianas se remonta a los tiempos más primitivos. Su forma primitiva, sin embargo, era muy diferente de lo que es ahora, al ser algo así como un florero con una tapa perforada para emitir los olores perfumados. Más tarde, se le añadieron cadenas para una mayor comodidad en el manejo. Estas vasijas de la Edad Media a menudo se hacían de oro y plata enriquecidas con numerosos detalles de la ornamentación más elaborada.
A nivel bíblio el uso del Incienso se remonta a al Nuevo Testamento donde se recogen hasta cuatro menciones diferentes. Entre ellas, la más popular es la del Evangelio de Mateo –la adoración de los Reyes Magos–, aunque también se aprecian en el de Lucas, en la Epístola a los Hebreos y en el Apocalipsis.
El uso del Incienso y los incensarios en la Semana Santa
Uno de sus usos más extendidos es durante las procesiones, delante de los pasos, como señal a un altar y culto, donde la nube de incienso da solemnidad al paso de las imágenes por las calles de la ciudad. Una estampa tan característica como la del propio aroma que emana de los incensarios y que lo hace uno de los olores más inconfundibles de toda la Semana Santa.
Además, su uso suele ir acompañado de una naveta, que es un recipiente plateado en el que se porta el incienso. Esta pieza es de orfebrería y bajo diseños acordes a la estética y símbolos de cada hermandad.